PROMESA CUMPLIDA

REMEMORANDO AL AMIGO DE TODOS.

PROMESA CUMPLIDA

(Lectura 2 minutos y medio)

“Así da hasta ganas de morirse uno”, me dijo Héctor cuando leyó un artículo de despedida a Pacho Loco, un personaje emblemático que lideró a que Granada no se muriera sola, organizando grupos de muchachos que literalmente se tomaban las frías y desoladas calles de Granada, recién pasada la tragedia del año 2000… Y así, veloz, el 19 de julio de 2004, un día antes del Grito de Independencia, Pacho Loco entregó su alma al creador en un accidente de tránsito cuando retornaba, como de costumbre, de haber visitado a su querida Granada…

Hoy, escribo de él, de mi gran amigo Héctor Gómez Salazar pues me prometí que si aún yo estaba en este mundo haría también una despedida del tamaño aproximado del personaje que un día de tantos pronunció la premonitora frase:

Su negocio (provisional, mientras reparaban el principal) era un almacén con bodega grande de artículos de papelería, en pleno sector de Guayaquil, de Medellín.

Allí llegaba, como desgranada, gente de todas las calidades y condiciones sociales: Monjas, líderes cívicos, maestros, concejales, literatos, filósofos y hasta sociólogos con sus soluciones efectivas para la justicia social, sudadas bajo el sobaco. También llegaban loteros a quienes Héctor les compraba un quintico, por el sólo hecho de colaborarles en las ventas.

Entraba también una viejita ya sin clientela y con muchas noches pasadas en los bares de Guayaquil y que en sus mejores momentos, fue visitante habitual de El Sótano de Pichincha.

El dueño había interrumpido un chiste recién empezado para atender a coteros, lisiados y pordioseros, quienes sacaban limonada helada, que Donétor preparaba diariamente para calmar la sed de esas pobres gentes.

Cuando entré estaba reiniciando su chiste:

“¡Cómo les parece que llegó un tartamudo y le preguntó a un tipo muy cascarrabias:

¿Uuus ted, cccómo sabbbe que sususufre de la la… próstata?

 -Porque orino como usted habla; h.p.”

 Los amigos rieron de buena gana ante un chiste tan divertido y tan bien contado.  

Yo había llegado de Granada a hacer algunas vueltas en la Gobernación y, conocedor de sus amañaderos, no fui a su negocio, sino que llegué directo a la que jocosamente llamaba su oficina: El Portón Rojo, una cantina que por su sugestivo nombre podría ser confundido con un lupanar. En el momento de la historia solo era un bar ya en decadencia con venta también de tinto, perico y malta, en la carrera Carabobo de Medellín. 

Entró otro lotero al que compró otro quintico, que habría qué cuñar con un chance, el que me regaló como bienvenida; así como paisanos sin trabajo, que encontraban en Héctor una mano consoladora y efectiva.

Estaba siempre en compañía de una o dos personas, entre ellas, Politía. También entró Cachifo con un recibo de consignación de banco, quien resultó de la calle, cogió confianza a punta de servicio y se fue quedando para hacer los mandados pues entendió que amistades como Héctor había que cuidarlas y respetarlas pues no encontraría a otro como él.

Este hijo de don Luis Antonio y doña María Leonor había nacido en la vereda Vahítos, en los años 50´s, de donde luego se trasladó, en su orden, a las también veredas Caldera y El Chocó de San Carlos. Posteriormente emigró al área urbana de Granada, donde, para continuar sus estudios se matriculó en La Nocturna, liderada por la Hermana Alejandra Balocco.

Ingresó luego al Idem, de donde se graduó como maestro en el año 1974. De inmediato comenzó a laborar en el comercio de Granada con su tío Florencio donde además de las chocolatinas Italo, Granada conoció el Periódico El Mundo, la revista Alternativa y El Zancudo; posteriormente emigró a Medellín, donde descolladoría como un hábil y prestante comerciante cuya palabra valía oro.

Pensando en que la fortuna unida rinde más y que debe tener una misión social, fundó en compañía de Horacio Zuluaga Gómez y Juan Pineda Hoyos la Corporación Granada Siempre Nuestra, ejemplo de la solidaridad de nuestro pueblo y la cual con su lema “Canaliza tu nobleza” ayuda a personas y entidades de su tierra natal.

Participó también como miembro activo de la Corporación Granada Tierra Viva, una entidad de choque creada para velar por el bienestar y orientación de los desplazados internos y externos, que por circunstancias de orden público emigraban de sus parcelas al pueblo o a las ciudades.

Héctor no ejerció la docencia, pero enseñó a generaciones con el ejemplo. Fue una persona comprometida con los ideales de honestidad y servicio a la comunidad, pues todas las bienaventuranzas fueron aplicadas literalmente por él; padre y esposo virtuoso, amigo intachable y ciudadano comprometido, he ahí el resumen de un granadino paradigmático: Héctor Gómez Salazar quien falleció hace 12 años, el 3 de junio de 2013, nueve años después de que premonitoriamente pronunciara esa frase.  “Así da hasta ganas de morirse uno”. Cuánto y cuántos  recordamos al amigo Héctor, quien con su partida dejó a muchas personas y entidades en la orfandad.

Glosario:

-Quintico: Una de las cinco fracciones o pedazos en que estaban divididas algunas loterías. Término que se aplicaba a una fracción de cualquier lotería.

-Coteros: Descargadores de camiones especialmente de cereales, cemento o madera.

-Amañaderos: sitios donde la persona habitualmente se encuentra para dialogar o pasar algún rato muy amañao o contento.

 

 

 

José Carlos

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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.