¡Dios nos guarde!

PODEROSO POR UN DÍA:
¡Dios nos guarde!
(Lectura 3 minutos)
Con tantos conflictos, guerras, desacuerdos, pobreza y desigualdad, me acosté pensando cómo sería yo si tuviera una varita mágica o mejor aún, si fuera el Poderoso por un ratico, para cuadrar algunas cosas que veía como enredadas. Entré en el cielo, saludé a san Pedro y empezó el rollo:
Me encontré con el Poderoso y le dije mi pretensión de pedirle una caimaniada para ver cómo era eso.
Él me dijo que no le fuera a hacer el cajón porque era Uno y Trino y que, además, era muy calumniado porque unos no creían en él, otros lo negaban o decían que era el causante de muchas catástrofes.
Otros, como usted, me han cogido mucha confianza, Caliche. Usted verá si se le mide y me da un descansito”, -me advirtió.
Me dijo que me iba a hacer un resumen de millones de años en media paginita, porque me veía como muy relajado en eso de conocer la historia sagrada.* Al final remató, con una mirada como medio cansada:
“Con esto de la creación del hombre, mis planes de descansar al séptimo día se me complicaron mucho, hombre Caliche. Te voy a dar algunas instrucciones antes de irme a estirar las coyunturas”:
-Con este botón verde recibes mensajes de texto y audio; con este otro azul miras a la tierra y este negrito es el Mute restringido porque como humano, no entenderías los cánticos y aleluyas que me llegan en todos los idiomas o te creerías muy superior. Ah, y cuidaíto con apretar el botón FIAT porque ese es solo para mí y te metés en problemas si lo activas.
–Recordá dar entrada a las almas cuando estén bien limpiecitas y a una señora que va mucho a la tierra no la molestés, que ella es muy buena gente y me trae montones de almas hasta debajo de sus vestidos.
Mientras estás al mando, voy a ver jugar hula hula con los anillos de Saturno a algunos ángeles y cuando esté por Neptuno y Venus voy a tirar un montón de estrellas y asteroides para que los vean tus paisanos; además, por la tarde voy a pintar por Guarne una belleza de paisaje con arreboles que van a ser la envidia de los mejores artistas de allá. También aprovecharé para ver el problema con un agujero negro que se me está tragando algunos de los trillones de planetas. Ahí te dejo, pues.”
–Tranquilito, Poderoso. Voy a comenzar de una vez mirando con el botón azul; entonces, le daré Click:
Son las 5 de la mañana. Despiertan en casa de Marta y Jaime y comienzan algunos a elevar oraciones hacia mí; pero más que todo peticiones: el niño que no ha estudiado me pide dizque Simón Bolívar sea el descubridor de América, que el león sea herbívoro y que la culebra sea un mamífero. Además, que la tierra no gire alrededor del sol sino al contrario.
–Ese examen lo va a perder, y no soy profeta”, -me dije.
El tipo obeso está pintando mandalas y pronunciando mantras para enflaquecerse sin dejar de comer y sin hacer ejercicios; pero si él no se ayuda cerrando el pico, le pasará como al pobre y al feo que todo se le va en deseo.
La mamá después de hacerles la coquita con el almuerzo se vuelve a acostar. Jaime, su esposo, invoca a María, se echa la bendición y sale para el trabajo y me pide dizque paciencia con el jefe que es muy mandón, pero a mí me parece que ese tal Jaime es como perezoso y remolón y por eso lo talla el jefe. Ahí no intervengo porque debo de ser justo.
Su señora se ha levantado de su camita la que comienza a tender con cuidado y coloca las noticias donde hablan un poquito de cosas buenas, pero siguen puras noticias de guerras, homicidios, atracos, parricidios… Yo me rasco la cabeza y me digo: ¿Cuándo creé yo a esa gente?
Comienzan a llegarme oraciones y súplicas en tantos idiomas que a la postre me toca traducción simultánea y por descarte veo que la gente está pensando más en ella que en los demás. Eso no piden sino plata, lotería, trabajo estable, viajes, mujeres bonitas, hombres musculosos como el autor, casas hermosas, pecados sin pecado... pero poco hacen por conseguirlo y lo que hacen es a veces arrebatar a los demás lo que no es de ellos.
Por ahí me llegó una solicitud de que le diera puntería a un tal sicario, pero me da mala espina y le voy a mandar un hipo bien bravo para hacerle temblar la mano, mejor. Una pelaíta está pidiendo no haber quedado embarazada de la rumba de anoche; un equipo de fútbol que no ha hecho nada quiere que yo lo suba a la categoría A. “Para eso son once y tienen técnico”, me digo.
Una mamá está pidiendo por su hijo que se metió en problemas y a ella sí le voy a ayudar, porque qué pesar. (Mira el botón FIAT, y colocando con disimulo su codo, tapado con la ruana, lo oprime).
Yo, con mi paciencia (que ya siento que se me está como agotando), los dejo que trabajen y se rebusquen, porque estoy ahí es para cuando realmente me necesiten o algo se les salga de las manos; porque yo sé que un chance o lotería no les va a solucionar nada y al contrario se pueden volver jugadores, creídos y petulantes, mal maridos y la cosa sería peor. O también se le vienen todos los familiares pobres a pedirle ayuda y a lo último queda peor que como estaba y con fama de rico. Por ahí me escribió Tulio dizque le diera una oportunidad de ganar mucho billete y que, si veía que le estaba haciendo daño, le quitara otra vez lo que le había dado. Yo que lo conozco sé que es más fácil quitarle la tabla a un náufrago que a él esa avaricia tan berraca. Voy a esperar a que se lo gane con el sudor de su frente que cada día le crece más.
Esperáme un momentico yo corro esta nube para que no llueva en el Carmelo porque hoy juegan los Rodillones y voy a ver cómo les va a ir a Palacio en la portería y a Ramón Eugenio, que supe que es el mejor jugador. Qué raro; pero veo a Uber Tatús, a Jaleo y Birucho en la banca comiendo naranjas y nada que los llaman a entrar a la cancha, sabiendo como han sido de buenos jugadores.
Sigo pues: Ahí tuve que mandar varios ángeles de la guarda al colegio, porque esos niños de Jaime tienen la chispa adelantada y no descansan; eso se mantienen aporreados y golpeados. Esos pobres ángeles tienen mucho trabajo y cada vez llegan con menos plumas en las alas. ¡Qué berriondera!
Para resumir: a las 6 de la tarde, trajeron a los niños todos embarrados, con la lonchera vacía y casi dormidos del cansancio. La mamá los dejó descansar un poco y luego se tuvo que poner a hacer las tareas con ellos, mientras Jaime pasaba canales dizque para ver las noticias, que habían empeorado desde la mañana poniéndose más aterradoras.
El Poderoso, como siempre, cumplió su promesa y apareció a la hora convenida a recibir turno y de inmediato me dijo con una sonrisita burlona y compasiva:
-Y este botón Fiat ¿por qué está hundido?
– Esteeee… yo no sé; se me fue la mano o el codo, ya ni me acuerdo… Fue un accidente.
–Ay, Caliche, Caliche; yo sabía que eras muy curioso y por eso había dejado desactivado este Fiat. Esos milagros solo los hago yo. Vete en paz.
En ese momento escuché que estaban llamando desde Washington, de Irán y de Moscú para hablar unas cositas que, creo, Él sí podría solucionar.
Y comencé a comerme las uñas y a despertar de ese sopor que me dio después de comerme esos frisoles con coles que son tan pesados, y muy contento de volver a mi estado humano porque con ese otro ya me estaba sintiendo como encartado y con ganas de tirar la toalla desde una nube muy alta.
Glosario:
Una caimaniada: Una prueba de confianza para aprender a manejar algún vehículo.
Hacer el cajón: Quitarle el puesto a alguien.
Estirar las coyunturas: Estirar los músculos para descansar.
Fiat: Hágase.
Remolón: Perezoso, buena vida; que se resiste a trabajar.
Sicario: Asesino a sueldo.
Pelaíta: Muchacha muy jovencita.
Mantra: Frase repetida para invocar.
La chispa adelantada: Avispado; que se mantiene en constante actividad sin mostrar cansancio.
Qué berriondera: Qué tristeza. Qué maluco, hombre.
Sopor: Sueño no muy profundo normalmente después de las comidas.
Media paginita.
- “Todo estaba en orden: hasta los animales con el instinto que les di fueron demarcando territorio, mostrando sus habilidades, debilidades y preferencias carnívoras, herbívoras u omnívoras o de familias ricas porque comían de todo, como diría el Chavo. Los árboles sin injertos ni nada de manipulación genética daban el fruto esperado; “no le pidas peras al olmo”, escuché que decían desde Antioquia; los animales tenían las crías, polluelos, camadas y cachorros esperados. Hasta que llegó el ornitorrinco que traía en su ADN una mezcla que lo hacía parecer salido de una reunión de diseño de la naturaleza hecha por los nietos tuyos Caliche.
Todo estaba bajo mi control, pero la cosa se desorganizó cuando creé al hombre y la mujer, porque se pusieron a hacer lo que les daba la gana. No se respetaban entre ellos y ni siquiera acataban las inviolables leyes de la naturaleza y por eso resultaban con golpes y porrazos a cada rato; la ley de la gravedad la trataron de violar, pero no han podido hasta ahora; ni la de la inercia tampoco porque cuando frenaban en seco, salían disparados así fueran hombres, mujeres, niños. Esas leyes no tienen miramientos con nadie ni con nada. Pero lo que me indignaba (y no debiera) es que la ley de la vida no se respetaba y me desobedecieron, hasta el punto de que un tipo mató a su propio hermanito y ahí se inauguró el asesinato que tantos adeptos tiene.
Medellín, 24 de junio de 2025

José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.