Una entrevista en el pasado

 

Chepe es un personaje paisa creado para hacer preguntas a veces impertinentes a personajes que desde su época y con su esfuerzo dejaron huella. Por ello, viaja en el tiempo a entrevistar “en vivo” a los protagonistas.

CHARLANDO CON AZNAVOUR

Sentados en el kiosco de mi pueblo, hice el pedido:

Azulejo; traénos un Bonjurt y dos Croissant para que el amigo recuerde su tierra, y para mí, dos buñuelos, un pandequeso y un café en leche.

Mirá esa belleza de iglesia con dos torres que tenemos. Muy bonitas, y nosotros tenemos apenas una: la Torre Eiffel. Así comenzó la charla con el artista francés Charles Aznavour, fenómeno de la música universal.

Tengo hasta pena, pero no me resistí de entrevistarte para saber muchas cosas de vos y de tu arte. Pa empezar, vos dónde naciste y contános algo de tu familia.

Oh là là”. “Bon après-midi” (¡Buenas tardes!) Pero, como sé más de cinco idiomas, voy a responderle en español.  Le cuento que nací en París el 22 de mayo de 1924. Mejor dicho, hace 101 años. Soy hijo de padres artistas que actuaban y cantaban en negocios y luego en su propio, Le Caucase. Yo me encarreté con eso del canto y a los 11 años al abandonar la escuela ya cantaba hasta con mi hermanita Aida.

Pero empezó a dificultarse mi vida con el acoso o bullyng que llaman hoy, porque decían que no debería llamarme Aznavour sino Aznovoice” que significa “no tiene voz”.

Así que, aunque literalmente “no tengo voz bonita”, tampoco me ayudaban mis gestos, mi falta de cultura e instrucción; mi falta de personalidad; mi estatura.

Pero, eso de la estatura es relativo, hombre Aznavour. Acordáte de tu paisano Napoleón Bonaparte, de Bolívar y hasta Gómez Bolaños que eran bajitos, pero mirá hasta dónde llegaron.

Continúo, Chepe. Pero tenacidad no me faltaba, y fue eso lo que compensó. Asumí con humor y orgullo que mi voz era atípica, rara y que mi éxito se debería a mi perseverancia y talento como compositor e intérprete.

Pero, además, Charles, ese sonido gutural como haciendo vibrar el gallito se les escucha muy bien y es típico de los franceses; en cambio yo soy capaz, pero haciendo gárgaras.  De todas maneras, gracias a Dios, porque si te hubieran achantado, la humanidad se habría perdido de un genio que a lo largo de tu carrera, vendiste más de cien millones de discos, grabaste unas mil doscientas canciones en siete idiomas diferentes, rodaste ochenta películas y recibiste múltiples discos de oro, platino y diamante! ¡qué tal que sí cantara, pues!


No fue fácil llegar allá, Chepe
; pero con el paso del tiempo, estuve muy cerca de la estrella del momento (y de siempre) Edith Piaf como telonero o primer espectáculo del show central.

Y ¿cómo te fue con ella? Porque dicen que era como cascarrabias, tal vez por lo enferma.

Mi relación con Edith Piaf fue intensa, compleja. Además de colaborar musicalmente, le trabajé como chófer, asistente personal y chico de los recados. Ella me trataba con dureza, y yo, joven y dependiente, no me hacía respetar fácilmente; pero esta cercanía me permitió entrar en el mundo bohemio y exigente de la chanson francesa, porque Piaf fue una de las primeras en reconocer mi talento como letrista y compositor. Y su concepto, usted, entenderá Chepe, era un mandato.

Te justificó la aguantada. Por ahí hablan de amoríos entre ella y vos; pero parece que son habladurías, que por allá también las hay. Dejemos eso y contáme de tus matrimonios, que fueron varios, según entiendo.

Sí, Monsieur le Chepé. Estuve casado con Micheline Rugel, con Evelyn Plessis  y con Ulla Thorsell, hasta que la dejé viuda después de 50 años. Con todas tuve cinco hijos y otro extramatrimonial.

¡Tenías tiempo para todo, hombre Charles picarón!

Como anécdota, le cuento Chepe que, como suele suceder, a pesar de mi popularidad mundial, para Ulla, el preferido era otro: era fanática del presentador Julien Lepers. Así que yo, Aznavour, estrella mundial, tenía que hacer silencio porque en casa mandaba el televisor.

¡Que divertido! Nadie es profeta en su tierra, decimos por aquí, hombre Aznavour. Vamos ahora a ver algunos éxitos que llegaron a conocerse también en Antioquia y llegaron a Granada en el long play “Lo Mejor del 71” y empecemos por La Bohemia. Contáme mucho de ella.

La Bohème es una canción nostálgica, hombre Chepe, que evoca mi juventud como artista en el barrio parisino de Montmartre, que como ha de saber, es un símbolo de la bohemia y el arte; una oda a la intensidad de vivir por el arte, incluso cuando eso significa hacerlo con hambre. Allí está la Basílica del Sacré-Cœur o Sagrado Corazón. ¡Vaya cuando pueda Monsieur Chepé!

Muy bella y triste a la vez La Bohemia, pero hermosamente interpretada por un maestro como vos. Pero hay una frase que no entiendo en ella y es lasilacia no está ni suben al desván miradas de pasión…”

Hombre Le Chepé. Entendió mal. La frase dice “las lilas ya no están, ni suben al desván…”. Las lilas, como flores que antes adornaban ese paisaje bohemio, representan la belleza efímera de esa época. Su ausencia señala que ese mundo ya no existe: el taller se ha ido, los amigos se han dispersado, y el espíritu artístico ha sido reemplazado por la rutina comercial. Usted está muy joven le Chepé, pero luego entenderá el valor de los recuerdos. 

Ah, es que, para mí, lila, significa un color morado claro, hombre Charles. Qué te parece que cuando fui a Venecia, Antioquia la vi toda llena de cafetales, pero no encontré canales ni góndolas. 

Creo que otra vez se equivocó, Monsieur le Chepé. En la canción me refiero es a una ciudad en Italia y describo cómo un lugar como Venecia, famosa por sus canales, góndolas y atmósfera romántica, que antes irradiaba amor y belleza se vuelve sombría y vacía tras la ausencia de la persona amada.

Vos sabés Charles que cuando uno está tomando hiel todo le sabe amargo y no se refiere solo a lo físico. Qué berraco vos Aznavour que encontrás poesía en todas partes y que, además, la cantás tan bellamente, como lo haría la Piaf.

LA MAMÁ

Vos tenés una canción muy triste y que cantás con mucha nostalgia, como si estuvieras allá. Se trata de La Mamá. En el contexto de la canción, que describes los últimos momentos de una madre rodeada por su familia, hay un gesto que se convierte en un rito colectivo, casi ceremonial y me recuerda cuando me daban Emulsión de Scott, que sabía a hígado de bacalao. Cuando cantás “el jarro con sabor a pez que beben con moderación” ¿a qué te referís?

El “sabor a pez”, hombre Chepe, alude al símbolo cristiano del pez (Ichthys), que representa a Cristo. En ese sentido, el jarro podría contener vino o algún licor compartido como parte de una comunión simbólica; un acto de fe y unión frente a la muerte, pero de Omega 3 y aceites, nada de eso.

Vos creerés que soy un mequetrefe, pero algo aprendí de francés y voy a ensayar:

¿Partez-vous pour la France? -Le pregunté, nervioso.

¡Y me contestó todo emocionado!: ¡Oui!

¿Sí? Entonces, llevá estas arepitas, buñuelitos santuarianos y pandequesos pa vos. Acordáte de hablar con la Piaf y le decís que me dé una entrevistica.

Ella se mantiene muy enferma, pero voy a decirle para ver si se anima.

¡Au revoir le chepé!

“Au revoir Aznavour”. “Que te vaya très bien”.

P.D. Al despertar de la charla ficticia, encontré que Aznavour falleció a los 94 años, el 1 de octubre de 2018, en su casa de Alpilles, Francia; pero antes, también fue embajador de Armenia en Suiza; Fundador de la Aznavour Foundation; le fue concedida una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Cantó para jefes de Estado, papas de la Iglesia Católica, monarcas europeos e hizo dúo con los mejores de su época: Céline Dion, Frank Sinatra, Edith Piaf, Julio Iglesias, Nina Simone, entre otros.

¡Y dizque no cantaba nada; decían!

La Bohemia:

https://www.youtube.com/watch?v=iH05Z8pPktw&list=RDiH05Z8pPktw&start_radio=1

La Mamá

https://www.youtube.com/watch?v=VJ15XV3dDc0&list=RDVJ15XV3dDc0&start_radio=1

Medellín 3 de septiembre de 2025

 

José Carlos

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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.