Sobre La Sixtina y El Moisés

Chepe es un personaje paisa creado para hacer preguntas a veces impertinentes pero respetuosas a personajes que desde su época y con su esfuerzo dejaron huella. Por ello, viaja en el tiempo a entrevistar “en vivo” a los protagonistas.
Sobre La Sixtina y El Moisés
CHARLANDO CON MIGUEL ÁNGEL
Llego al atrio de la iglesia de arriba para charlar con un italiano que dejó su huella artística como muestra de lo que es capaz de hacer un artista.
¡Buongiorno, Miguel! contános algo de tu vida personal y artística.
“Voy a poner este cincel y el martillo aquí y ya comienzo con mucho gusto, aunque estoy de afán, bambino Chepe: Nací el 6 de marzo de 1475, hace 550 añitos, en Florencia. Mi madre, murió cuando yo tenía apenas seis años y fui criado por una nodriza que era familia de cinceladores: “Tomé de la leche de mi nodriza los cinceles y el mazo con los que hago las figuras”, escribí hace poco. Mi padre deseaba que yo siguiera una carrera en las letras, no en las artes; pero mi alma ya estaba marcada por el mármol y el pigmento. Mi corazón siempre perteneció a Florencia. Allí quise ser enterrado, y allí descansa mi cuerpo, en la iglesia de Santa Croce.”
No te me adelantés, Signore Miguel que ya te moriste en tu relato y no tengo con quién seguir la charla tan bacana. Y vos, siendo pintor y todo ¿por qué te autorretrataste como tan feíto y hasta con el tabique de las ñatas todo torcido, hombre Miguel?
“Pues, porque el arte debe ser creíble, bambino Chepe. (¡Ya se me metió el “pues” paisa!). Yo era de estatura mediana, de espaldas anchas, cara redonda, frente amplia; lo de la nariz un tanto hundida, le cuento que fue por un puñetazo que me dio otro ragazzino o joven que se enfureció por mis comentarios y burlas sobre sus obras y me dio un golpe tan fuerte que me rompió la nariz o las ñatas, como les decís vos.”
–Es que la gente no aguanta charlas, hombre Michelangelo. Ahora sé por qué la nariz te quedó “buona y rrotti” con ese guarapazo. Pero sigamos, que según lo que he escuchado estoy ante un genio que es arquitecto, escultor y pintor; pero, además es poeta, sabe de música, ciencias y es un estudioso de la anatomía, a la que le dedicaste doce años de tu vida. Pa mejor decir, ante vos, Google se quedó chiquito.
Desde joven, me sentí atraído por la escultura. A los trece años, ingresé al taller y poco después fui acogido en el palacio de los Médicis, bambino Chepe.”
Ahora volveremos sobre tus obras, Signore. Contáme de tu vida familiar y aclaráme algunos chismes que hasta hoy se escuchan por ahí, producto de tus obras donde hay muchos desnudos masculinos.
“Usted sabe que a lo primero que se enfrenta quien comienza a sobresalir es al chisme moral donde hasta de loco o drogadicto lo tratan a uno; pero muchos son mitos, hombre Chepe. Mi vida sentimental fue discreta, marcada por afectos profundos hacia jóvenes como Cavalieri, con quien compartí una gran amistad.”
Pero, a la soltería la confunden a veces con otras apetencias.
“Claro, Chepe. Como nunca me casé ni tuve hijos, por ahí comenzó el chisme, aunque muchos estudiosos coinciden en que mis relaciones fueron platónicas, marcadas por una lucha interna entre deseo y espiritualidad. Ellos sabrán por qué escribieron eso de mí.”
Bueno, pues. Quedamos en veremos; pero sigamos, hombre Miguel.
“Trabajé para papas, príncipes y mecenas, pero siempre fui un hombre solitario, huraño o malgeniado, entregado a mi labor.”
-Ahora sí, vamos a algunas de tus muchas obras que, para tu información hoy son sitios turísticos de fama mundial.
“Esculpí el David, al Moisés, La Pietá; pinté la Capilla Sixtina, diseñé la cúpula de San Pedro. Cada obra fue una batalla entre mi cuerpo agotado y mi espíritu incansable.”
CAPILLA SIXTINA:
Contános de la Capilla Sixtina y cómo hiciste pa pintar tantas historias desde la creación del mundo.
“La pintura de la bóveda de la Capilla Sixtina fue una hazaña titánica que emprendí entre 1508 y 1512, por encargo del papa Julio II.”
-Y ¿cómo fue la pintada de la Capilla Sixtina y cómo hiciste para pintar boca arriba en las alturas durante tantas horas, días, meses y años, hombre Miguel?
“Aunque se cree popularmente que pinté acostado boca arriba, en realidad trabajaba de pie, inclinando la cabeza hacia atrás durante horas, ragazzino Chepe. Diseñé un andamiaje que me permitía trabajar de pie sobre plataformas elevadas. Pinté al fresco, aplicando pigmentos sobre yeso húmedo. Esto requería rapidez y precisión, ya que la pintura debía de completarse antes de que el yeso secara. Soporté dolor físico, humedad, pintura que me caía en la cara y aislamiento. En una carta, me quejaba de tener “la barba hacia el cielo” y “la pintura goteando sobre mi cuerpo”.
Pero debías de tener más equilibrio que gallina durmiendo en vara. Con razón muchos pensaban que eras muy creído por andar con la cumbamba levantada. Qué pecao de vos; pero sigamos: ¿Qué pasó que vistieron a muchos de tus desnudos, hombre Miguel y por qué le pusiste orejas de burro a uno de los autores de esa profanación artística?
“Entre 1536 y 1541, pinté El Juicio Final en la pared del altar. Fueron 5 años de trabajo; pero, hubo una queja: el maestro de ceremonias en el Vaticano le dijo al Papa que era inconcebible que los santos apareciesen desnudos.”
¿Y vos qué dijiste pa defenderte de ese lambetón?
“Cuando el Pontífice me pidió que los cubriese, le contesté que los santos no tenían sastre ni ropa; pero de todas maneras ordenó que se colocasen gasas para tapar las partes íntimas o nobles de algunas figuras.”
Eso debe de ser muy duro pal artista, ¿cierto Miguel?
“Claro que sí, ragazzino Chepe; pero yo no olvidaría esa ofensa. Cuando representé al rey de los infiernos, Minos, lo hice con grandes orejas de burro y con una serpiente enroscada en su cuerpo, que muerde sus genitales y que tiene el rostro del tipo ese Biagio De Cesana.”
Y, ¿no se te emberracó o mejor, no se puso muy bravo el tipo ese con vos?
“Claro que sí y fue a quejarse al Papa, quien le explicó que, si yo lo hubiese dibujado en el Purgatorio, algo podría haber hecho, aunque fuera rezando por el ánima; pero que, aun siendo Papa, le resultaba imposible sacarlo del infierno.”
Jajajajaj. Claro; porque era más fácil sacar un condenado del infierno con unas tenazas de cebo que a ese vergajo. Entonces quedaste con “un fresquito”. ¿No cierto?
No es por humillarte, Miguel, pero te cuento que en Antioquia también tenemos la Pequeña Sixtina en Santa Rosa de Osos, conocida por sus impresionantes murales que narran el Viacrucis, obra del artista santarrosano Salvador Arango Botero.
Vamos ahora al mármol; a la escultura, que es tu fuerte, Michelangelo, o Miguel.
“¡Pero, será en otra ocasión porque me está doliendo mucho el cuello, ragazzino Chepe! ¡Chao, bambino!”
Y salió falda arriba por el camino de La María a mirar a Granada desde arriba seguro para pintarla bien bonita.
Te me fuiste y yo les había prometido a mis lectores que hablaríamos también del Moisés. Cuando bajés, continuaremos entonces con tus obras, Miguel.
Glosario:
-Las ñatas: las narices.
-Guarapazo: Golpe muy fuerte.
-Lambetón: Lambón; persona aduladora en exceso. Soplón.
-Vergajo: Mala gente. Desvergonzado que engaña para su propio beneficio.
-Un fresquito: Un aire de satisfacción con sabor a venganza.
Medellín, octubre 1 de 2025


José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.